[...] El Péndulo me estaba diciendo que, siendo todo móvil, el globo, el sistema solar, las nebulosas, los agujeros negros y todos los hijos de la emanación cósmica, desde los primeros eones hasta la materia més viscosa, un solo punto era perno, clavija, tirante ideal, dejando que el universo se moviera a su alrededor. Y ahora yo participaba en aquella experiencia suprema, yo, que sin embargo me movía con todo y con el todo, pero era capaz de ver Aquello, lo Inmóvil, la Fortaleza, la Garantía, la niebla resplandeciente que no es cuerpo ni tiene figura forma peso cantidad o calidad, y no ve, no oye, ni está sujeta a la sensibilidad, no está en ningún lugar o en algún tiempo, en algún espacio, no es alma, inteligencia, imaginación, opinión, número, orden, medida, sustancia, eternidad, no es tinieblas ni luz, no es error y no es verdad.
El péndulo de Focault, Umberto Eco
08 de març 2005
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