03 de juny 2005

May in Moscow

4 comentaris:

Anònim ha dit...

Hola Litoschka,

Gràcies per deixar-nos compartir el teu "May in Moscow". Magnífica babuschka. Veig, per cert, que no perds la sensibilitat per la bellesa, ans al contrari.

L'any passat a la Virreina vaig poder veure unes fotos brutals del Mikhailov. Com que no crec que les hagis vistes, copio la crònica que en va fer la Monika Zgustová i que crec que l'encertava força. Una abraçada.
Marc

Lenin tatuado en el pecho (El País, martes 9 de marzo de 2004)


Un hombre triste y humilde, de edad indefinida, desnudo hasta la cintura, que lleva una imagen de Lenin tatuada en el pecho. Es la fotografía que se me queda grabada tras mi recorrido por las salas del Palau de la Virreina que albergan la exposición del fotógrafo ucraniano Boris Mikhailov, fotografías de 1967 a 2003. La inmensa mayoría de las que allí veo hablan de la tristeza y el tedio de los habitantes de las ciudades rusas y ucranianas, tanto en la época soviética como en la actualidad. (...) Ese hombre con el tatuaje de Lenin en el corazón, del año 1997, es la encarnación de la tristeza sin esperanza de los perdedores. Es alguien que divinizó a Lenin, que creyó en la revolución y que trabajó toda la vida por su triunfo (...) y ahora resulta que, en su país, Lenin es proclamado un criminal sanguinario y, junto con Stalin, el gran malhechor del siglo xx. ¿Para qué sirvió, pues, la renuncia y el sacrificio, para qué sirvió toda una vida? Ésa es la pregunta desolada que parece inscrita en los ojos de ese hombre.
Mientras contemplo el hombre con el tatuaje de Lenin en el pecho, pienso en un cuadro de Hans Holbein, llamado "Cristo muerto". Dostoievski, en "El idiota", dice que, al ver ese cuadro, un creyente puede perder la fe. El hombre del tatuaje es como el Cristo muerto: es el hombre en toda su miseria, despojado de sus anhelos y de la esperanza, de las preguntas y las dudas que lo humanizan, y de cualquier clase de grandeza, hasta de la grandeza de la libertad; es un hombre más solo que el Cristo de "Las siete últimas palabras" de Haydn, a quien le es dado el consuelo último de la tragedia (...) Tanto la fotografía como el cuadro [nada de amable drama en "adagio e cantabile"] son la meditación más depurada sobre la esencia de la condición humana. Como si el fotógrafo y el pintor le dijeran al espectador: Así eres tú.
(...) En las fotos de Mikhailov se perciben barrios periféricos grises, uniformes, sin árboles, llenos de barro, mujeres deformes, hombres gordísimos y borrachos, niños llevando a sus padres borrachos en la espalda, niños jugando en descampados sucios y sórdidos, ciudades estériles, convertidas en no lugares, baños en zonas industriales y contaminadas, y la lucha encarnizada por la supervivencia, representada por personajes susceptibles de ser interpretados indistintamente como asesinos o como víctimas. ¿Por qué asesinos o víctimas? Volviendo al hombre con Lenin en el pecho, advierto un bastón apoyado en su cuerpo semidesnudo. La postura del hombre humilde implica que ha recibido muchos bastonazos durante su vida. Sin embargo, veo que, de un momento a otro, ese humilde esclavo puede tomar el bastón en la mano y, con Lenin en el corazón, convertirse en el verdugo que castiga y esclaviza, convencido de su verdad única y dispuesto a morir por ella, morir por su idea del paraíso terrenal como Cristo en la cruz, y de paso repartir la muerte a su entorno.
Rusia es un país de esclavos y de tiranos, grandes y pequeños, se lee en las fotos de Mikhailov. Además, en sus imágenes podemos observar la misma miseria e infelicidad, el mismo tedio que los grandes clásicos del xix, de Gogol a Dostoievski y de Turguénev a Chéjov, observaron tanto en la ciudad como en el campo ruso. ¿Para qué sirvió la revolución bolchevique y las largas décadas de persecución, del KGB y el gulag, de sacrificio cotidiano, de vivir en la penuria?, parecen preguntar las imágenes expuestas. Penuria, sí. Porque los ideólogos del comunismo soviético rechazaron la idea del imperio romano del "pan y circo" para el pueblo y optaron por la receta de la inquisición española: ofrecer al pueblo milagro, enigma y autoridad; el milagro del armamento y los vuelos al espacio, el enigma de un líder omnipresente y omnisapiente como Dios, y la autoridad con su mano férrea del gulag y la delación.

Ferran Caballero ha dit...

Hola,
Vaig trobar aquest blog per casualitat i ara em sento obligat a deixar-hi una petja del meu pas. Moltes gràcies per compartir amb nosaltres aquestes magnífiques fotografies i escrits.
Salutacions cordials.

Anònim ha dit...

hola company,

Veig que Rússia t'està accentuant la genialitat. He flipat especialment amb la imatge del cul-umpiu (que se'm permeti la llicència).
una abraçada,

cirilla

Per cert, ja t'han dit que hem triomfat?

Marta ha dit...

Estic a Russia i buscant info de Mikhailov he trobat el teu blog.
Casualitat!